Cada temporada resuena un nuevo término en gestión del talento y ahora es el employee experience.
Y no es una moda, ni una nueva palabra “para lo de siempre”. La employee experience surge como versión extendida de las conocidas experiencia de cliente, o a la experiencia de usuario.
Solo que esta vez, el centro no está fuera.
Está dentro de la organización.
En cómo los colaboradores viven su trabajo cada día.
La employee experience es una invitación a mirar con atención sus emociones, yendo un paso más allá de la encuesta de clima laboral. Entender lo que perciben, lo que realmente les importa y cuáles son esos momentos clave a lo largo de su ciclo de vida laboral
Y claro, aquí aparece una duda muy válida: ¿Se puede diseñar algo tan subjetivo como eso?
La respuesta es: sí. Hay decisiones, mensajes y gestos que influyen mucho más de lo que parece.
Eso es diseñar employee experience.
Y ahí es donde el departamento de Personas sí puede actuar.
Sigue leyendo para descubrir nuestra Guía honesta de Employee experience (EX) para líderes de personas.
¿Qué es la Employee Experience?
Employee Experience (EX) es el conjunto de emociones, percepciones y recuerdos de una persona mientras trabaja en una organización. Más allá de lo que hace, se trata de cómo lo vive.
Desde el primer email que recibe en un proceso de selección hasta el último día en el que entrega su portátil.
Está en cómo se le da la bienvenida.
En si se siente respetado cuando pide una necesidad personal.
En cómo se le reconoce, o no.
En si puede hablar con libertad, en si sus ideas cuentan, en si cada lunes pesa o no.
Todo eso construye una experiencia.
Y esa experiencia es lo que marca si una persona se compromete, se implica, o se va.
¿Qué elementos componen la Employee Experience?
La employee experience está hecha de muchos ingredientes. Algunos son visibles, otros más sutiles. Pero todos influyen en cómo se siente alguien en su día a día. Entre ellos, destacan:
- Cultura y valores percibidos.
- Estilo de liderazgo.
- Espacios (físicos o virtuales).
- Procesos de onboarding.
- Desarrollo y formación.
- Reconocimiento y feedback.
- Flexibilidad y conciliación.
- Tecnología y herramientas.
Ninguno de estos elementos por sí solo define la experiencia. Es la coherencia entre todos lo que marca la diferencia. Una cultura puede hablar de confianza, pero si las herramientas fallan o el feedback nunca llega, la experiencia se resiente.
¿Es lo mismo Employee Experience, clima laboral o engagement?
La confusión es habitual porque employee experience, engagment y clima hablan de cómo se sienten las personas en una organización, pero cada uno se enfoca un aspecto distinto:
- Clima laboral es la fotografía del ambiente en un momento concreto. Cómo perciben los equipos la comunicación, las relaciones, el entorno.
- Engagement es el grado de compromiso o vinculación emocional de una persona con su trabajo y con la empresa.
- Employee Experience (EX) engloba todas las vivencias, percepciones y emociones que se generan a lo largo del ciclo completo de un empleado en la organización.
Dicho de otro modo:
El clima es el “ahora”, el engagement es el “vínculo” y la employee experience es el viaje entero.
¿Por qué se habla tanto de experiencia de empleado ahora?
Porque muchas empresas se han dado cuenta de que ya no basta con pagar bien o tener beneficios.
En un contexto donde el talento escoge dónde quiere estar, la employee experience que ofreces es parte de tu propuesta de valor como organización.
Y también porque lo que no se diseña… se improvisa.
Si no piensas en la employee experience de forma consciente, estarás generando una cultura “por defecto” en lugar de una cultura “por diseño”.
¿Se puede diseñar la Employee Experience?
No del todo.
Y eso hay que decirlo sin miedo. No puedes controlar cómo se siente cada persona ni asegurarte de que todo el mundo viva una experiencia perfecta. Cada quien trae su historia, su momento vital, sus filtros.
Pero sí puedes diseñar el contexto donde ocurre esa experiencia.
Y eso sí marca una gran diferencia.
Es como con un cliente: tú no puedes controlar que le encante tu producto, pero sí puedes cuidar cómo le atienden, qué expectativas generas, qué canales abres, cómo respondes cuando algo sale mal…
No diseñas su experiencia interior, pero sí el entorno que la influye.
¿Qué puedes hacer desde un departamento de personas?
Se trata de activar palancas y crear una cultura organizacional en la que lo que se siente tiene espacio, se nombra y se protege.
Cuidar el primer día:
- Que la persona llegue y tenga todo preparado (equipo, bienvenida, alguien que la acompañe).
- Que sepa a quién acudir y entienda cómo encaja en el propósito de la empresa.
El onboarding es uno de los momentos más determinantes.
Formar a los managers en feedback y escucha
- Un líder puede ser la mejor o la peor parte de la experiencia.
- Darles herramientas para tener conversaciones difíciles, reconocer logros y escuchar de verdad.
Rediseñar procesos con empatía
- Evaluaciones de desempeño, promociones, cambios de rol…
- En lugar de ser procesos burocráticos, se pueden transformar en espacios de desarrollo y diálogo.
Celebrar logros (grandes y pequeños)
- El reconocimiento no siempre tiene que ser monetario.
- Un “gracias”, una felicitación pública, un gesto personal importan mucho en la experiencia diaria.
Dar autonomía real
- Revisar dónde la burocracia mata la motivación.
- Confiar en la gente para tomar decisiones en su ámbito.
Escuchar de forma continua, no solo en encuestas anuales
- Pulsos cortos, conversaciones abiertas, espacios de feedback informal.
- Escuchar y luego actuar (porque nada erosiona más que preguntar y no hacer nada después).
Diseñar los momentos difíciles con cuidado
- Cuando alguien se equivoca, cuando pide ayuda, cuando decide marcharse.
- Esos momentos dejan huella y definen más la cultura que cualquier eslogan.
En definitiva, employee experience consiste en cambiar la forma en que la organización relaciona sus decisiones con las personas que las viven.
BeUp te ayuda a elevar tu employee experiencie
En BeUp creemos que la employee experience no consiste en añadir beneficios llamativos, sino en crear un entorno donde las personas se sientan vistas, respetadas y parte de algo coherente.
Como consultora estratégica de talento, nuestro trabajo consiste en conectar la EX con la estrategia y llevarla a la práctica, hasta que forme parte del ADN de la organización. Para ello:
- Diagnosticamos la experiencia real que viven hoy los equipos.
- Formamos a managers para que se conviertan en diseñadores cotidianos de experiencias.
- Fomentamos el autocuidado colectivo con programas de bienestar emocional.
- Acompañamos en el diseño de culturas organizacionales que atraen, inspiran y comprometen.
La experiencia también cuenta: llevamos más de 20 años acompañando a empresas (incluido el 70% de las que forman parte del IBEX 35) en la creación de entornos positivos y productivos.
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