¿Problemas en tu equipo de trabajo? Este dato va a sorprenderte.
Según un estudio realizado por la American Managment Association (AMA) los managers dedican alrededor de 2 horas diarias a la gestión de desacuerdos entre personas. ¡Una cuarta parte de su jornada!
Así que stop presión.
Porque donde hay un grupo de personas, tarde o temprano surge el conflicto. Resolver conflictos en el trabajo con efectividad es un reto que viene con el puesto.
Así que ya seas líder de un equipo, especialista de recursos humanos o simplemente quieras mejorar tus habilidades, descubre las 5 técnicas comunicativas de alta efectividad para resolver conflictos profesionales.
1. Mantén la calma
Muchas personas se preguntan a menudo:
«¿Cuál es el enfoque para resolver los problemas de forma pacífica?»
Y es que cuando el conflicto surge, lo primero es recuperar la tranquilidad.
Mantén la frescura cuando otros estén furiosos. Ocúpate de ti primero, pues es (realmente) lo único que está a tu alcance. Y una vez que hayas vuelto a la calma, podrás dirigir toda tu atención hacia la otra persona.
Recuerda: tú tienes el control sobre tus emociones, así que no lo pierdas. Antes de resolver conflictos en el trabajo, tómate tu tiempo.
Confía en tu capacidad para resolver el problema, relaja cuerpo y mente. Respira. Levántate y cambia de lugar.
Aleja por unos minutos tu foco de atención del problema concreto y piensa: Todas las disputas se resuelven de una forma u otra, pues el conflicto forma parte de la vida y bien gestionado, nos ayuda a crecer.
2. Escucha otro punto de vista
Otra técnica que te ayudará a resolver el desencuentro con profesionalidad es hablar con personas sin implicación directa en el conflicto.
Expresar tu opinión, desahogarte y escuchar una opinión externa te permitirá enfocar la situación desde otro punto de vista antes de actuar.
No se trata de involucrar a otras personas ni de ocultar tu malestar a equipo, si no de hacerlo de una forma proporcionada y objetiva. Así evitarás arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol, en el que dejes llevar y actúes impulsivamente.
Recuerda. Cualquier desacuerdo tiene al menos tres puntos de vista:
- El tuyo.
- El de la otra persona.
- El de un tercero.
¿Adivinas cuál es el más ajustado a la realidad?
Exacto. Contar con otra perspectiva enriquecerá tu entendimiento del conflicto.
3. Cuida de las personas
Graba a fuego en tu memoria este mantra: “La relación siempre es más importante que la discusión”.
Por ello debes aprender a resolver conflictos en el trabajo sin causar dolor. El problema no es tener opiniones distintas, sino la forma de discutir sobre ellas.
No entres en lo personal. Domina tus emociones y vigila el lenguaje. Los médicos tienen un dicho para eso:
Primun non nocere, “Lo primero es no hacer daño”.
Así que céntrate en describir los hechos y detalles observables, estableciendo una diferencia clara entre el hecho en sí mismo y la persona implicada.
Recuerda que el objetivo es alcanzar a un punto en común profesional. Trabaja tu asertividad y enfócate en cuidar del otro.
Tratar con exquisitez a tus compañeros de trabajo es el mejor negocio en todos los sentidos.
4. Utiliza tu empatía
Cuando te comunicas con otra persona, lo único realmente importante es el objetivo que persigues. No importan tus palabras exactas, ni tus gestos.
Es la intención la que define la esencia de tu mensaje. ¿Qué hay detrás de lo que dices?
Y es que las personas no recuerdan tanto lo que dices o haces, sino tu intención. Cómo les has hecho sentir. Qué había detrás de tus palabras.
Así que antes de dar una opinión o dar un feedback, pregúntate a ti mismo: ¿Cuál es el propósito real de mis palabras?
¿Desahogarme? ¿Hacer daño? ¿Comprender al otro? ¿Acercar posturas?
Reflexiona siempre sobre tu objetivo real.
Porque cuando te expresas desde el respeto, afecto y con la intención de solucionar el problema: tu interlocutor lo capta al instante.
5. Reconoce tus errores
Un verdadero líder no es aquel que todo lo sabe y jamás se equivoca. Y esto es algo que muchos managers no terminan de asimilar.
Piensan que admitir los errores minará su autoridad frente al equipo. Y es justo lo contrario.
Empecemos por el principio: todos nos equivocamos. Reconocerlo nos hace humanos, cercanos y dignos de confianza. Además, no hay mejor técnica para que la otra persona asuma los propios.
Brené Brown, la estrella de la psicología social en Estados Unidos, ha demostrado científicamente que mostrarte vulnerable frente a los demás, en realidad te hace más fuerte ante sus ojos.
Por eso pedir perdón, aceptar tu parte de responsabilidad y pedir ayuda para solucionarlo es una opción casi mágica ante cualquier conflicto.
Prueba a decir “lo siento”.
Te sorprenderá la excelente acogida que puede tener esta simple frase tan poco vista en ciertos entornos profesionales.
Resolver conflictos en el trabajo es una oportunidad encubierta
Y recuerda, el conflicto forma parte de las relaciones humanas. Allí dónde haya dos o más personas trabajando en equipo, habrá intereses o enfoques que antes o después, difieran.
El conflicto en sí mismo tiene una función: acercar posiciones encontradas para llegar a un fin común. Desde este punto de vista, el conflicto es positivo, constructivo si se gestiona adecuadamente.
Es tu oportunidad para empezar a ver cosas que antes no veías.
Para aprender de los demás, salir de tu zona de confort y desarrollar habilidades como la inteligencia profesional, la escucha activa y la asertividad.
Si aprendes a manejarlos, conseguirás convertir problemas en oportunidades.
Estos son nuestros mejores consejos para resolver conflictos en el trabajo. Pero ahora te preguntamos a ti:
¿Qué técnicas utilizar para resolver conflictos en tu equipo?
Te leemos en comentarios.